En los tiempos en los que por no haberse implantado todavia los medios de difusión que conocemos hoy por hoy las tarjetas postales cubrían un amplio espacio informativo, se puede afirmar sin entrar en exageraciones que estos pequeños -en cuanto a formato- efectos se convertían en ocasiones en actas notariales, dando fe de inauguraciones, de eventos, de acuerdos sociales, comerciales y políticos.

  La tarjeta postal por consiguiente no es solamente aquella que usamos actualmente de carácter eminentemente turístico y que muestra nuestras playas, hoteles, monumentos y vistas generales. A lo largo de decenas de temáticas diferentes nos damos cuenta de que desde los primeros ejemplares ilustrados – hace ya 120 años -han venido rindiendo un importante servicio a la sociedad.

  Por este motivo recomendamos siempre que los aficionados se introduzcan en alguna temática, en algún aspecto de su interés o devoción, con la garantía de que disfrutarán mucho, encontrarán abundante material y por ende a unos precios bien asequibles. Románticas, personajes, música y espectáculos, medios de transporte, oficios, costumbres y folklore, fauna y flora, historia y geografia, y un largo etcétera.

   Por la fiesta mayor de Palamós (Girona) del año 1902, mes de mayo festividad de Sant Joan, se colocó la primera piedra del entonces nuevo puerto de la ciudad. Una serie de tarjetas dio fe e inmortalizó el acontecimiento. Lo mismo ocurrió y por aquella época con el puerto vecino de Sant Feliu de Guíxols. Además, las imágenes se cogieron bien “animadas”, es decir, con mucha gente y en primeros planos, circunstancia esta que otorga una mayor calidad e interés a las postales. Y es sólo un ejemplo.

   Otra sugerencia: Según la profesión de cada uno de nosotros, se podría encarrilar una colección temática, tanto en lo referente a las actividades liberales, como a los oficios clásicos o a cualquier otra faena. Sabemos de gentes del ferrocarril que, como no podía ser de otra manera, atienden con especial predilección todo lo relacionado con los trenes y estaciones. Los del mar, se volverían poco menos que locos si abarcaran todo (transatlánticos o de pasajeros, de pesca, veleros, deportivos, armadas o de guerra, y cada una de estas variantes con múltiples subtemáticas a la vez. Los funcionarios de Correos y Telégrafos, disponen también de una mina… al tratarse de la historia postal y las comunicaciones públicas. Los agricultores, otro tanto, con las maquinarias, herramientas, ganados, granjas, etc.  Y así sucesivamente y hasta donde nuestra imaginación pueda llegar.

     Por eso decíamos en el anterior comentario que una colección temática se puede convertir en una auténtica enciclopedia, proveedora de una cultura general inestimable. Respetamos profundamente la topografia -pueblos y ciudades-, a la que dedicamente por cierto una gran atención, pero no nos olvidemos nunca de la gran variedad y servicio que aporta la tarjeta postal en general. Además de visionar la evolución urbanística de nuestras calles, enterémosnos de los cambios en los hábitos sociales, en el vestir y en todo tipo de presencia y comportamiento.

     Estamos abiertos a facilitar a las personas interesadas el inicio o la mejora de cualquier temática. Disponemos de abundante material, de todo el mundo, y entre todos se puede lograr cualquier meta.

     Xavier