Otro de los reportajes que publicamos estos dias en el suplemento Dominical del Diari de Girona coincidiendo con las ferias y fiestas de Sant Narcís, patrono de la ciudad, es el de los programas antiguos de la fiesta mayor de Girona.
Informamos de que los programas más antiguos que se conocen corresponden a los años 1863, 1866 y 1876, pero en forma de cartel. Es ya ha entrado el siglo XX, cuando se inicia el hábito de presentar unas publicaciones más completas, a modo de librito u opusculo, con la programación de las fiestas propiamente dicha, junto a anuncios publicitarios que ayudarían a sufragar los costos de edición.
El programa de Girona más antiguo que tenemos en el archivo corresponde al año 1906, que muestra una conservación impecable, y un tamaño de bolsillo. Ya en el 1916 se inicia otra modalidad, que seria aprovechada en el futuro y hasta nuestros dias, como es la de brindar colaboraciones literarias y artísticas, que los historiadores, literatos y artistas locales ceden desinteresadamente para mayor lucimiento de estas publicaciones. En el citado programa de 1916, a través de 50 páginas se alterna la programación, junto con los anuncios, y una veintena de versos cortos y prosa a cargo de los más conocidos escritores gerundenses.
Van transcurriendo los años, y los programas de fiesta mayor se convierten en el eco, en los notarios de la actualidad y de las vicisitudes sociales y políticas. En este caso de Girona y por extensión de Catalunya, vemos que la utilización del idioma propio se muestra como el Guadiana, aparece y desaparece. En tiempos de la 2ª República vuelve a respetarse ese patrimonio extraordinario como es la lengua de una tierra i con más de 1.000 años de vigencia contra viento y marea; tras la guerra civil vuelve la prohibición, y se utiliza el castellano hasta el programa de 1976 inclusive, si bien es cierto que durante ese período se admitia la publicación de algún verso en catalán, o determinada información sobre la sardana.
En el archivo disponemos de portadas originales y policromadas que no llegaron a imprimirse; también los ejemplares que durante bastantes años se llevaban como muestra a la delegación del Ministerio de Información y Turismo para ser visados, y cada anuncio por pequeño que fuera era autorizado mediante un timbre y un cuño de dicha delegación. Se aprecia también la riqueza editorial de los ejemplares a partir de 1945, auténticos libros con encartes de láminas, grabados y mapas.
Toda esta documentación, todo este papel impreso antiguo, complementa nuestras colecciones de postales, fotografias, litografias y grabados. Haciendo bueno el dicho de que “en la variedad está el gusto”. Un proyecto enciclopédico como éste debe dar cabida a un material bien variado, a veces inverosímil y sin un aprovechamiento claro de entrada, pero que a la larga y sumándose a otras piezas puede conformar trabajos de investigación histórica nada despreciables. Como las hormiguitas, grano a grano se hace granero, igual que se hace camino al andar. Y en eso estamos desde hace 43 años.
Xavier