Que el servicio público del correo español no es lo que era, no sorprenderá a ninguno, y para los filatelistas de muestra puede servir  un botón: el comprobar cómo las tiradas de las emisiones han bajado en pocos años hasta un 90%, y actualmente estamos por los 300.000 ejemplares, lo cual y si nos creemos  la propaganda todavia vigente del departamento correspondiente, de que atienden a medio millón de coleccionistas…, cada uno de ellos se llevaría con suerte un trozo de sello de cada emisión, que ni llegaría a la mitad de la pieza si tenemos en cuenta que todavía – oh, milagro – se encuentran novedades en los estancos, y en algunas estafetas.

     Bien, nos podrán tachar de nostágicos, o de clásicos, pero no podemos por menos que esbozar una mueca de sorpresa, y de sana envidia, cuando pasan por nuestras manos efectos postales de hace 100 años y bastantes más, que se entregaban el mismo dia entre poblaciones de la demarcación, y como máximo  al dia siguiente, entre paises de la misma área geográfica.

    Lo que queríamos comentar hoy, no obstante, es el hecho de que durante cinco dias esta pasada semana, Correos no ha servido correspondencia: El sábado, porque generalmente no se distribuye a poblaciones, sin la llegada del “camión”, aunque éstas tengan la categoría de oficina técnica y con 10.000 habitantes. Después, tenemos el domingo, justificable. El lunes, y aquí hay puente…, para pasar a los dias de Navidad y de Sant Esteve -fiesta en Catalunya-, y así nos plantamos en el miércoles, habiendo transcurrido 5 dias, y sin las garantías de poder recoger todavía la correspondencia, por aquello de la acumulación de varias jornadas, de la reducción de personal, y de otras historias, que perjudican sin más paliativos a los usuarios, a los clientes que mantienen con su confianza de siempre un correo público, o semipúblico, que cuenta con fuerte competencia en la actualidad. Y sin olvidar que diciembre para Correos tradicionalmente es su agosto.

     Conforme con que no podamos aspirar a que oficinas de telecomunicaciones abran los domingos de 10 a 12, como sucedía antaño incluso en poblaciones pequeñas. Si somos justos y pragmáticos, coincidiremos en que con el empuje y la hegemonia de los nuevos medios de comunicación imperantes en las últimas décadas, para enviarse un mensaje inmediato no se precisan los sistemas arcaicos. De acuerdo. Pero para el resto del volumen actual del correo, que en la mayor parte vive de los envíos afectos a las compras telemáticas, y a otros productos del tipo transferencias monetarias -Wester Union, el Banco colaborador, etc.- , y demás servicios bancarios, no estaría de más que un dia laborable como fue el lunes dia 24, aunque hubiera sido por unas horas, se hubieran habilitado determinadas oficinas, y si querían ahorrar en personal, que asignaran un retén, poco menos que como los bomberos o los servicios de urgencia sanitarios.

     Si se acabara de privatizar un servicio público tan básico y necesario como éste de las Comunicaciones, nos podríamos encontrar con que aquellos núcleos habitados de las montañas, aquellos pequeños pueblos alejados de las grandes ciudades, se vieran privados de un servicio postal básico tal como lo conocemos ahora y ha existido siempre. Las empresas adjudicatarias, bajo el legítimo afán del lucro, seguramente se centrarían en repartir cartas y otros efectos en las urbes importantes; negocio redondo y conseguido con una reducidísima plantilla, mientras que el resto de los ciudadanos se verían aislados del mundanal ruido. Eso sí, una carta podría llegar a costar según a qué destino y circunstancias, unos 50 euros, cuando la tarifa nacional actual es de 0,36 euros.

    Sobre los funcionarios y demás trabajadores, en líneas generales, nada que objetar; más bien al contrario, felicitarlos por su profesionalidad demostrada y de años. En cuanto a los intereses empresariales, y repetimos que legítimos en cuanto a perseguir el  dinero fácil y rápido, este es otro cantar.

    P.D. Hoy lunes dia 31, de gran actividad en el comercio y en la Banca, Correos ha permanecido cerrado, con otro puente. Montañas de correspondencia, pagada previamente, espera ser entregada. En la oficina local había en la puerta clientes extrañados, escandalizados incluso, viendo cómo las cartas y paquetes que fueron enviados hace dias por los remitentes, tardarán como mínimo 2 dias más en llegar. ¡Vergonzoso¡

   Xavier