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      Existen productos del campo -frutas, verduras, hortalizas-, y del mar, que conocemos por “de temporada” cuando llega su punto álgido, y cuando por su precio y frescura es muy recomendable su adquisición y consumo. Pues bien, en el terreno del coleccionismo popular, también solemos aplicar esta máxima cuando, por ejemplo, llegado el verano tenemos a nuestro alcance objetos tanto de producción industrial como naturales, ya sean en las costas como en el interior, de muy fácil acceso y bien económicos.

     Comencemos por la Malacologia, los fósiles y los minerales, auténticas Ciencias Naturales. La Malacologia es la disciplina que trata sobre el estudio, clasificación y coleccionismo de todo tipo de moluscos y conchas. La acepción viene de mollusca, procedente del latín mollis, que quiere decir blando y que se refiere al cuerpo del animal. No obstante, los moluscos vienen caracterizados por un esqueleto calcáreo, generalmente externo y que conocemos como concha, si bien también se puede presentar interno, como es el caso de algunos cefalópodos, o bien inexistente, en el de algunos gasterópodos.

     Los moluscos están clasificados por los científicos en diez clases primordiales: aplacophora, solenogastra, scaphopoda, castropoda, monoplacophora, polyplacophora, bivalvia, cephalopoda, rostroconchia y hypolitha. Estas dos últimas son exclusivamente fósiles. Estos animales han sido de antiguo objeto de la curiosidad por parte del hombre, el cual ha hecho uso de ellos con diferentes fines: domésticos, de ornamentación, y de defensa. También se han utilizado históricamente para el teñido en la industria textil, y como moneda de cambio especialmente en diferentes latitudes de la Polinesia.

     Los hay que recogen y coleccionan las piezas de verdad, auténticas, sea cual fuere su procedencia, tamaño y rareza, mientras que los que apenas salen del mundo del papel impreso, disfrutarán casi igual, conseguirán conocimientos y tendrán una mayor facilidad para guardarlos, tratándolos desde el punto de vista documental, a base de postales, fotografias, grabados, y otras presentaciones sobre papel. En un archivo enciclopédico y universal, por descontado que no pueden faltar esos vestigios, e incluso se da pie a varias subtemáticas y diversidades.

    Estando como ya nos encontramos en plena época vacacional, los que puedan viajar lo tendrán fácil para recoger por donde vayan todo tipo de recuerdos en forma de postales, catálogos, mapas, documentaciones de hoteles, visitas a museos, excursiones, y un largo etcétera. Aconsejamos interesarse por la indiosincracia, las costumbres, el folflore, los rasgos etnográficos de los pueblos o paises que se visiten, entre otras cosas porque conociendo a los de “fuera”, quizás recapacitemos y nos demos cuenta de que los de “dentro” no somos el centro del mundo, ni los más guapos,  sabios, ni con mayor trayectoria histórica.

     Por otra parte este tipo de “coleccionismos de temporada” son ideales, por su importante transfondo cultural y por su economia, para las nuevas generaciones, los niños y jóvenes en edad estudiantil e inmersos como estan en la etapa de afianzamiento de la personalidad y del acopio de conocimientos.

     Xavier